Con el envejecimiento o tras grandes pérdidas de peso, la piel de los muslos pierde elasticidad y se descuelga, perdiendo firmeza y tono.
Mediante el lifting se tracciona la piel, se elimina la grasa sobrante si la hubiera y se esconden las cicatrices en la zona de la ingle y en la cara interna de los muslos.
El resultado es un muslo que recupera el tono y la firmeza de la piel.