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Mastopexia, la intervención quirúrgica para el levantamiento y remodelado mamario

La mastopexia es una intervención quirúrgica que consiste en la elevación y remodelación de las mamas. Se realiza en aquellos casos en que las mamas, sin ser excesivamente grandes en volumen, han sufrido una caída destacada por los años o la lactancia tras el embarazo. En este tipo de intervención, la extirpación de tejidos es mínima, ya que se aprovechan -a veces con la ayuda de una prótesis- para dar volumen y proyección a las mamas, una vez éstas se han remodelado en su posición ideal.

Durante la primera consulta, el cirujano plástico evaluará el tamaño y la forma de las mamas, la firmeza de la piel y el estado general de salud de la paciente. Realizará además una exploración mamaria y, en algunos casos, solicitará un estudio mamográfico. Por último, evaluará junto a la paciente el tamaño y la forma que previsiblemente tendrán sus mamas y las opciones o la combinación de procedimientos más indicados para ella

Las pacientes deben ser conscientes de que los efectos de la operación son duraderos pero no permanentes, dependiendo de factores como embarazos, variaciones de peso y edad. Las cicatrices de la mastopexia son permanentes, aunque el cirujano plástico hará cuanto esté en sus manos para que se noten lo menos posible. Con el tiempo, además, irán notándose aún menos.

Cirugía y postoperatorio de la mastopexia

La mastopexia es una técnica segura, siempre y cuando sea realizada por un cirujano plástico cualificado, y requiere el ingreso de la paciente durante un día habitualmente. La operación suele realizarse bajo anestesia general y dura en torno a 1,5-3,5 horas. Las incisiones son muy variables dependiendo de las características del seno y de los objetivos de la cirugía.

Las suturas se realizan alrededor de la areola, en una línea vertical hacia abajo desde ella y a lo largo del surco bajo la mama. En determinados casos, cuando la mama es pequeña y está poco caída, la incisión se realiza sólo alrededor de la areola.

Puede ser necesario colocar una prótesis debajo del tejido mamario o del músculo pectoral en mamas con poco volumen.

Tras la cirugía, la mujer realizará vida casi normal a las 24 o 48 horas, pero se aconseja evitar los esfuerzos físicos durante tres o cuatro semanas. Las pacientes pueden sentir dolor en las mamas y tener una disminución de sensación o ardor en los pezones durante un par de semanas, pero la mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita por el cirujano plástico. El vendaje o los apósitos serán retirados en unos días y serán sustituidos por un sujetador especial.

Dra. Ainhoa Placer,
especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

Vocal de Comunicación y Redes Sociales de la SECPRE.

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